Sintitul1

REFLEXIÓN Y DEBATE

 

La comprensión materialista de la historia, fundamento para el empleo de las fuentes históricas

 

The materialistic comprehension of history, grounds for the application of historical sources

 

 

Ms. C. Francisco Felino Riverón Morales, Dr. C. Rafael Claudio Izaguirre Remón, Ms. C. Onelia Méndez Jiménez, Prof. Historia. Jorge Palma Cardona.

Universidad de Ciencias Médicas Celia Sánchez Manduley. Manzanillo. Granma, Cuba.

 

 

RESUMEN

La interpretación de las diversas fuentes históricas por el historiador, desde el materialismo histórico, permite estudiar los diversos fenómenos de la sociedad en conexión e interdependencia. Todo conocimiento es un acto de reflejo. En tal sentido las fuentes históricas constituyen un medio de conocimiento de la realidad, en tanto constituyen un reflejo de lo acontecido, lo que le permite al historiador reelaborar, reconstruir el hecho, como conocimiento histórico, lo que explica el carácter mediador de las fuentes históricas entre el historiador y el hecho histórico. En tal sentido es tarea del historiador localizar la fuente para poder explicar el interpretar el pasado. En la investigación realizada se demuestra que las fuentes del conocimiento histórico contextualizadas en el proceso de enseñanza aprendizaje (PEA) funcionan como mediadores didácticos; independientemente de la subjetividad que le es inherente a este tipo de mediador y de la filiación clasista del historiador y de sus intereses. Se concluye que las fuentes históricas que son para el historiador una fuente de conocimiento, para el maestro constituyen un medio de enseñanza y para el alumno medio para el aprendizaje. Es propósito de este artículo fundamentar, desde la comprensión materialista de la historia, el uso de las fuentes históricas como mediadores didácticos en el proceso de enseñanza aprendizaje.

Descriptores DeCS: MATERIALISMO HISTÓRICO; ENSEÑANZA-APRENDIZAJE; FUENTES HISTÓRICAS; MEDIADORES DIDÁCTICOS.


ABSTRACT

The interpretation of the diverse historical sources by historians, from the historical materialism, permits to study the diverse phenomena of the society in connection and interdependence. All knowledge is an act of reflection. In such sense the historical sources constitute a means of the reality knowledge, and constitute a reflection of the event, what allows to the historian to remake and rebuild the fact, like historical knowledge, what explains the mediator character of the historical sources between the historian and the historical fact. In such sense the task of historians is to locate the source to be able to explain and interpret the past. In the investigation performed it is evidenced that the sources of the historical knowledge contextualized in the teaching learning process (TLA) work like didactic mediators; independently of the subjectivity that is inherent to this type of mediator and of the classist affiliation of the historian and his interests. It was concluded that the historical sources that represent a source of knowledge for historians, for the teacher constitute a means of education and for the students it is a learning tool. The purpose of this article is to support, from the materialist understanding of the history, the use of the historical sources like didactic mediators in the teaching learning process.

Subject headings: HISTORICAL MATERIALISM; TEACHING LEARNING; HISTORICAL SOURCES; DIDACTIC MEDIATORS.

 

 

INTRODUCCIÓN

El surgimiento del marxismo en Europa en el siglo XIX, significó una nueva forma revolucionaria y científica de interpretar la historia. Refiriéndose a este trascendental hecho Lenin, en «Tres fuentes y tres partes del Marxismo» apuntó: «Marx profundizó y desarrolló el materialismo filosófico, lo llevó a su término e hizo extensivo su conocimiento de la naturaleza al conocimiento de la sociedad humana. El materialismo histórico de Marx es una conquista formidable del pensamiento científico. Al caos y a la arbitrariedad, que hasta entonces imperaban en las concepciones relativas a la historia y a la política, sucedió una teoría asombrosamente completa y armónica que muestra cómo de un tipo de vida social se desarrolla, en virtud del crecimiento de las fuerza productivas, otra mas alta...».1

La correcta aplicación del materialismo histórico a la sociedad permitió arribar a una comprensión materialista de la historia, lo cual permite comprender desde un plano científico los diversos acontecimientos históricos, lo que son únicos e irrepetibles, en tal sentido para poder interpretarlos y explicarlos para las generaciones que no lo vivieron es imprescindible acudir a las fuentes históricas, las que se convierten medio eficaz del conocimiento al reflejar los hechos históricos. Tanto para el historiador como para el profesor la fuentes históricas tiene una gran significación, pues para el primero son fuentes del conocimiento histórico al reconstruir el hecho, en tanto para los segundos constituyen un medio eficaz para la trasmisión de los conocimientos históricos en el proceso de enseñanza aprendizaje. Estos presupuestos permiten formular como objetivo del presente artículo científico el siguiente: Fundamentar, desde la comprensión materialista de la historia, el uso de las fuentes históricas como mediadores didácticos en el Proceso de Enseñanza Aprendizaje.

 

DESARROLLO

Asumir los fundamentos históricos significa ante todo identificarse con lo expresado por Marx en el Prólogo de la `Contribución a la crítica de la Economía Política», al definir magistralmente la esencia de la comprensión materialista de historia, cuando expresó: «…No es la conciencia el hombre la que determina su ser, sino, por el contrario, es el ser social lo que determina su con ciencia…», 2 con lo que se superan los dos grandes defectos cardinales de las teorías relativas a la historia, anteriores a Marx.

Se asume el criterio marxista de que en el análisis de los hechos históricos los factores económicos determinan sólo en última instancia, lo que presupone la independencia relativa de otros elementos superestructurales de la sociedad.

En este sentido, se comparten las consideraciones de Reyes, 3,4 de que la historia:

- Tiene como base los hechos y fenómenos históricos en su concatenación dialéctica. Es tiempo (pasado presente futuro).

- Es espacio (sucede en un lugar geográfico determinado).

- Tiene como protagonistas a los hombres en sociedad (expresión tanto de lo colectivo como de lo individual).

- Es cambio, transformación y perfección.

- Es la totalidad, lo global, por la diversidad de actividades humanas: económicas, políticas, sociales y culturales.

- Es explicación, interpretación y comprensión.

- Es esencia, expresada en elementos conceptuales, regularidades y leyes que conectan hechos, procesos y épocas históricas.

- Es memoria reconstruida.

- Es objetividad y, a la vez, compromiso de clase.

La interpretación de las diversas fuentes del conocimiento histórico por el historiador, aplicando de manera consecuente el materialismo histórico, permite no sólo comprender el pasado, sino el presente para de ahí realizar proyecciones de futuro.

Se asume como fundamento lo expresado por el Dr. José Ignacio Reyes 3 cuando refirió: «En esencia, la historia a enseñar debe centrarse en la totalidad de los aspectos de la vida social sin hiperbolizar ninguno de sus elementos, sino todo lo contrario, reflejar su diversidad en una estrecha conexión dialéctica ubicada en un contexto espacio-temporal que se mueve en la relación pasado-presente-futuro, expresión de la actuación de las masas en interacción con las personalidades históricas. La historia no es algo acabado e inamovible, es un conocimiento en construcción que parte de la consulta de fuentes diversas que enriquecen su carácter probatorio y que necesitan la interacción directa de sus estudiosos con esa diversidad para la apropiación de métodos».

La historia puede ser asumida a través de diversas interpretaciones y visiones científicas. En este sentido se destacan: el positivismo, la escuela de los Annales y el marxismo. Para el positivismo1 la interpretación de los hechos históricos es posible solo a partir de la utilización de fuentes bibliográficas y documentales. La historiografía positivista 4 es culto fetichista y exagerado respecto del texto o el documento, como única y exclusiva fuente legítima del trabajo del historiador.

Los positivistas consideran que la verdad está determinada por la autenticidad de las fuentes. 5,6 Por tanto ese culto exagerado, extremo a las fuentes tergiversó su valor al convertir en un fin lo que en realidad es un medio del conocimiento. En tal sentido esta forma de interpretación de lo acontecido en le pasado no permite comprender el carácter reflejo y mediador que tienen las fuentes históricas.

Con independencia de sus limitaciones, esta corriente tuvo una influencia marcada en los historiadores cubanos de la primera mitad del siglo XX, los cuales fueron capaces de construir verdaderos monumentos, algunos de obligada consulta para los posteriores historiadores, como el Manual de Historia de Cuba (1938) de Ramiro Guerra Sánchez.6

En consecuencia, resulta innegable que el positivismo muestra una dimensión erudita de la historia nada desdeñable como fuente para la historiografía científica y dialéctica. 7

La Escuela de los Annales,2 (M. Bloch y L. Febvre, 1929), sin dudas ha realizado su aporte en la interpretación de los hechos y acontecimientos históricos. Se caracteriza por haber desarrollado una historia en la que se han incorporado otras ciencias sociales, entre la que se encuentran la geografía, la sociología, la economía, la psicología social y la antropología. Esto presupone una ampliación en los temas de estudio de la historia y en la que se rechaza el énfasis predominante en la política, la diplomacia y los hechos bélicos de muchos de los historiadores.

Después de concluida la Segunda Guerra Mundial esta corriente inicia una nueva etapa con interés dirigido hacia la historia cuantitativa y los ritmos de desarrollo de los distintos niveles sociales. En esta etapa las «duraciones» (la corta, la mediana y la larga duración) se introducen en la explicación de los hechos históricos.

Con el surgimiento del Marxismo, en la cuarta década del siglo XIX, nace una forma distinta de interpretación de los hechos históricos, lo que significó una revolución en la filosofía. El gran mérito de los clásicos es haber arribado a la concepción materialista de la historia. A partir de esta concepción, la aplicación de la teoría marxista a los hechos históricos presupone estudiarlos en su conexión e interdependencia, apoyados en diferentes fuentes de conocimiento.

La interpretación marxista rompe con el criterio positivista del carácter fetichista y absoluto en la utilización de la fuente histórica y despoja a la fuente de todo carácter aislado. La aprehensión del historiador de que la fuente es portadora del hecho, de conocimientos en tanto lo refleja es la vía para la correcta interpretación de la realidad.

La categoría marxista-leninista de actividad permite comprender y explicar como los seres humanos contraen múltiples relaciones en la sociedad, entre los que se destacan los hechos históricos, los que son reflejados a través de las fuentes históricas, que al mismo son tiempo producto y resultado de la actividad humana y herencia material, de gran valía para los historiadores.

La teoría leninista del reflejo es la clave para comprender el carácter mediador que tiene las fuentes históricas, como reflejo de lo acontecido, entre el historiador y el hecho histórico, pues mediante su interpretación el historiador puede reconstruir lo acaecido, que por demás es único e irrepetible, por lo que no es factible reproducirlo en laboratorios tal cual fueron, lo que le permite arribar a nuevos conocimientos. En tal sentido es tarea del historiador localizar la fuente para poder explicar e interpretar la realidad y de esta forma conocer el pasado. Tanto en la fuente histórica como en el hecho histórico está presente la dialéctica de lo objetivo y lo subjetivo.

Se comparte el criterio de que la categoría marxista de fuente histórica no se limita a definirla como la portadora de los datos históricos sobre lo acontecido en le pasado, como resto o testimonio, sino que las fuentes son resultados de la actividad humana que refleja los hechos históricos directamente. 8-12

Los elementos hasta aquí aportados le permiten a los autores definir que las fuentes históricas constituyen un medio de conocimiento, resultado de la actividad humana que refleja la realidad y que al ser portadora de lo acontecido en el pasado, permiten al historiador la reconstrucción de los hechos como conocimiento histórico.

En correspondencia con la definición anterior se concluye que el conocimiento histórico es el resultado de la utilización de fuentes, cualquiera que esta sea según su clasificación, que al ser interpretadas le permite al investigador argumentar sus ideas, a partir de una mirada epistemológica e histórica. Epistemológica porque es desde las fuentes en que se puede construir el conocimiento. Histórica porque es premisa la ubicación espacial y temporal, sustentada en el principio de la dialéctica que se refiere al análisis histórico-concreto en la consideración de los objetos y fenómenos.

En relación al conocimiento que se construye es oportuno insistir en el hecho de que aunque las fuentes sean las mismas, el otro aspecto que no se puede desconocer es la subjetividad de quien las interpreta, lo que significa que un mismo hecho histórico puede tener diversas interpretaciones en dependencia de la filiación clasista del historiador, de sus intereses y de la intencionalidad al construir su discurso.

Se comparte el criterio del profesor Díaz Pendás 9 cuando se refiere a que si importante es la fuente, también lo es la metodología que se utilice para el procesamiento de las mismas y advierte que sería incorrecto hiperbolizar el papel de las primeras como única premisa par llegar a la verdad histórica y a la confiabilidad de los resultados de investigación.

El conocimiento histórico, una vez construido, sirve de base a los profesores de esta disciplina para seleccionar con criterio pedagógico lo que debe asumirse en la disciplina y asignaturas para cumplir con las exigencias que la sociedad le impone a la escuela. Por otro lado, los docentes cuentan con la posibilidad de revisar dichas fuentes para analizarlas desde otra visión o para utilizarlas como mediadores didácticos en el proceso de enseñanza-aprendizaje.

En relación con este aspecto Díaz Pendás, 10,12 realiza una clasificación de las fuentes primarias para la construcción del conocimiento histórico con fines didácticos y en este sentido destaca:

1. Los objetos originales más concretos de la cultura material: piezas de museos (evidencias arqueológicas, armas de una época, ropa, instrumentos, etc.)

2. Fuentes primarias de naturaleza audiovisual: filmes sonoros, quinescopios, vídeos, tiras fílmicas y series de diapositivas sincronizadas con sonido.

3. Imágenes sin sonido: Películas silentes, fotos, diapositivas, pinturas, ilustraciones, caricaturas.

4. Fuentes primarias gráficas o simbólicas: Documentos escritos, publicaciones de una época, mapas, croquis, etc.

5. Fuentes primarias orales: Testimonios orales, discursos, grabaciones»

Se ha afirmado que la utilización de las fuentes es importante en la construcción del conocimiento histórico, pero también lo es en función del proceso de enseñanza-aprendizaje. En relación con este último aspecto el Doctor José Ignacio Reyes González, 3, 13-16 en su artículo «Problemas actuales de la didáctica de la Historia» expresó: «Las fuentes diversas para enseñar la Historia revelan la riqueza de métodos que permiten una enseñanza variada, diversificada...Propiciar que el alumno consulte esas fuentes, investigue las problemáticas históricas a partir del trabajo con hipótesis, construya su conocimiento histórico desde una verdad objetiva, pero que de manera sencilla reproduce el camino de los investigadores es una máxima que entrena al estudiante a cómo moverse con los conocimientos sociales. El trabajo en pequeños grupos y las tareas individuales de acuerdo con el diagnóstico del escolar favorecen el aprendizaje consciente, el dominio no solo de los elementos conceptuales del conocimiento, sino además los procedimentales y actitudinales.»

Interesa, a los fines de este artículo, destacar el valor que poseen las publicaciones escritas de valor historiográfico como recursos que, en calidad de mediadores didácticos, pueden ser empleados en el proceso de enseñanza-aprendizaje de Historia de Cuba. Las revistas, como tipo de documento que contiene información histórica, son fuentes primarias portadores de conocimientos históricos, que pueden ser utilizados de conformidad con su potencialidad didáctica en las clases de historia, para utilizarlos como fuentes probatorias de los conocimientos que se imparten, lo cual favorece el espíritu de indagación y de argumentación en los estudiantes, como expresa Díaz Pendás 11 al afirmar que: «Lo que para el historiador en fuente para el maestro y el alumno puede ser medio de enseñanza… «

Es por ello que, dentro las fuentes primarias gráficas o simbólicas, las revistas literarias de una época determinada están consideradas como fuentes primarias gráficas o simbólicas 12 y como fuentes primarias por el grado de originalidad de su creación, 13 ya que son utilizadas tanto por el historiador en su interpretación y argumentación de los conocimientos históricos, como por los profesores en calidad de mediadores didácticos en el proceso de enseñanza-aprendizaje de la Historia de Cuba.

Las fuentes primarias gráficas o simbólicas, que son utilizadas por los profesores en el proceso de enseñanza-aprendizaje en calidad de mediadores didácticos gráficos son: documentos escritos, publicaciones de una época, mapas, croquis.

El desarrollo de un auténtico pensamiento histórico en los estudiantes no será posible con una docencia que no se apoye en fuentes primarias gráficas que en calidad de mediadores didácticos gráficos sirvan de apoyo documental a la palabra del profesor.

La utilización de estos mediadores didácticos gráficos en el proceso de enseñanza-aprendizaje puede usarse en:

1. En la autopreparación del profesor. Esto constituye un aspecto medular para cualquier profesor de historia, imprescindible para una preparación en los contenidos más depurada y especializada, pues contribuye a enriquecer el nivel de información que se puede aportar en las clases en cualquiera de sus variantes.

Este aspecto contempla las siguientes acciones:

- Realización de ficheros bibliográficos a partir de la información que contienen los artículos publicados en la revistas.

- Confección de fichas por autor.

- Confección de fichas por materias.

2. La inclusión de fragmentos de artículos publicados en las revistas durante el proceso de la clase. La inclusión de fragmentos no puede ser de forma espontánea, sino planificada y bien concebida. Puede en:

- Introducción de un nuevo contenido

- Consolidar conocimientos que ya se poseen

- Apoyar o confirmar la exposición del profesor

- Para introducir una situación problémica.

3. En el desarrollo de clases prácticas y seminarios. Para ello se puede utilizar de manera íntegra el artículo publicado, de acuerdo las orientaciones emitidas por el profesor en correspondencias con las temáticas contenidas en el programa.

Cuba posee una amplia tradición en la edición y circulación de revistas literarias, las que han desempeñada un papel primordial en la defensa de la identidad y de la memoria histórica de la nación. En este sentido es casi imposible poder desconocer el papel cultural que ellas han realizado, pues constituyen de por si un útil vehículo para la divulgación de ensayos, artículos.

Las revistas literarias de una época dada facilitan el conocimiento de los lectores, posibilita la publicación de criterios de opinión y sobre todo es un medio importante para la difusión de movimientos literarios, tendencias políticas.

La utilización de fuentes primarias gráficas (revistas literarias) en calidad de mediadores didácticos gráficos en el proceso de enseñanza-aprendizaje de la disciplina Historia de Cuba.

- Pone a los estudiantes en contacto directo con fuentes primarias.

- Inculca en los estudiantes en interés hacia el trabajo con las fuentes.

- Posibilita el desarrollo de un pensamiento científico al estimular el espíritu de pensar.

- Constituyen elementos probatorios del contenido.

- Posibilita que los estudiantes ganen en habilidades en el análisis de los hechos históricos.

- Permitan ilustrar, confirma y complementar conocimientos.

- Permiten introducir nuevas situaciones de aprendizaje.

- Contribuyen a elevar el nivel científico de la enseñanza de la historia.

- Ofrecen contenidos para la fundamentación y demostración.

- Desarrollan el sentido crítico en los estudiantes al arribar conclusiones propias.

- Enseñan a los estudiantes una de las vías más importantes que tienen los historiadores en la obtención de información, lo que fortalece en ellos el respeto hacia la historia como ciencia.

 

CONCLUSIONES

Las fuentes históricas son resultado de la activad humana y constituyen un reflejo de la realidad, por lo que median entre el historiador y el hecho histórico. En tal sentido es tarea del historiador localizar la fuente para poder explicar e interpretar el pasado.

La utilización de las fuentes históricas en el proceso de en el proceso de enseñanza-aprendizaje encuentra su base metodológica en la concepción materialista de la historia.

Las fuentes históricas constituyen la base de todo conocimiento histórico y utilizadas convenientemente por los docentes se convierten en mediadores didácticos en el proceso de enseñanza-aprendizaje de la Historia de Cuba.

Desde el punto de vista didáctico, el empleo de las fuentes históricas de carácter documental, gráfico o simbólico, constituye un mediador didáctico de incuestionable valor en el proceso de enseñanza-aprendizaje de la disciplina Historia de Cuba.

 

NOTAS

1. El Positivismo es una corriente filosófica, idealista subjetiva, que afirma que el único conocimiento auténtico es el conocimiento científico, y que tal conocimiento solamente puede surgir de la afirmación positiva de las teorías a través del método científico. El positivismo deriva de la epistemología que surge en Francia a inicios del siglo XIX de la mano del pensador francés Augusto Comte y de los británico Hebert Spencer y John Stuart Mill y se extiende y desarrolla por el resto de Europa en la segunda mitad de dicho siglo. Según esta escuela, todas las actividades filosóficas y científicas deben efectuarse únicamente en el marco del análisis de los hechos reales verificados por la experiencia. En la interpretación de la historia la historiografía positivista realiza un culto exagerado respecto del texto o el documento, pues la consideran como única y exclusiva fuente legítima del trabajo del historiador. En este sentido la verdad del conocimiento histórico está determinada por la autenticidad de los documentos. Con independencia de sus limitaciones, esta corriente tuvo una influencia marcada en los historiadores cubanos de la primera mitad del siglo XX, los cuales fueron capaces de construir verdaderos monumentos, algunos de obligada consulta para los posteriores historiadores, como el Manual de Historia de Cuba(1938) de Ramiro Guerra Sánchez.

2. La Escuela de los Annales es una escuela historiográfica, denominada así por la publicación de la revista francesa Annales d'histoire économique et sociale (después, Annales. Economies, sociétés, civilisations, y renombrado en 1994 como Annales. Histoire, Sciences Sociales). Esta escuela sin dudas ha realizado su aporte en la interpretación de los hechos y acontecimientos históricos. Se caracteriza por haber desarrollado una historia en la que se han incorporado otras ciencias sociales, entre la que se encuentran la geografía, la sociología, la economía, la psicología social y la antropología. Esto presupone una ampliación en los temas de estudio de la historia y en la que se rechaza el énfasis predominante en la política, la diplomacia y los hechos bélicos de muchos de los historiadores.

 

REFERENCIAS BIBLIOGRÁFICAS

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9. Díaz Pendás H. La enseñanza de la Historia. Algunas precisiones sobre el plan de acciones vigente. En. Seminario Nacional de preparación del curso escolar 2010 - 2011.[Internet]. La Habana; 2010. [Citado 2014-06-13]. Disponible en: http://www.radiosantacruz.icrt.cu/noticia/tag/seminario-nacional-de-preparacion-para-el-curso-escolar-2011-2012/10.

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11. Marx C. Prólogo de la Contribución a la Crítica de la Economía Política. En Obras Escogidas. T. I. [Internet]. Moscú: Editorial Progreso; 1973. [Citado 2014-06-13]. Disponible en: http://www.marxists.org/espanol/m-e/1850s/criteconpol.htm.

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13. Reyes González JI, Infante Cabrera YO, Quintero Díaz C. Enseñar historia en las condiciones del nuevo modelo de secundaria básica. [Tesis]. La Tunas: Instituto Superior Pedagógico. "Pepito Tey"; 2006.

14. Reyes González JI, Palomo Alemán AG, Díaz Pedás H, Romero Ramudo M. Enseñanza de la historia nacional: Un enfoque desde lo local. La Habana: Ministerio de Educación; 2011.

15. Reyes González JI. Enseñanza de la historia para la escuela actual. Congreso Internacional Pedagogía. Febrero 2007. La Habana.

16. Riverón Morales F. La Historia Local y Nacional en la revista Orto 1937-1957. [Tesis de maestría], Santiago de Cuba: [s/n]; 1998.

 

 

Recibido: 18 de noviembre de 2013.
Aprobado: 3 de diciembre de 2013.

 

 

Francisco Felino Riverón Morales. Universidad de Ciencias Médicas Celia Sánchez Manduley. Manzanillo. Granma, Cuba. Email: riveronm@infomed.sld.cu

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